LUNES 30-TRABAJITOS

TEMA EMERGENTE:
La tormenta de Santa Rosa arriba, año a año, cinco días antes o después del 30 de agosto. Al menos, cualquier lluvia que suceda dentro de esa franja es considerada como una de las precipitaciones más afamadas de la región.

Sin embargo, un estudio presentado por el Observatorio del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Villa Ortúzar, advierte que entre 1861 y 2003, el fenómeno sólo se produjo 16 veces. Entonces, ¿qué es lo que hace falta para que llegue Santa Rosa?

Desde el punto de vista meteorológico, la tormenta es, en términos generales, una descarga abrupta de electricidad atmosférica. En

invierno, el fenómeno no es frecuente dado que es necesaria la disponibilidad de energía en el subsistema austral climático terrestre.

QUE PASA CON SANTA ROSA QUE NO LLEGA???

Milagro de la lluvia El mito de atribuirle a Santa Rosa lluvias y ciclones proviene del Perú, donde se cuenta que una vez, a efectos de evitar un desembarco realista, la monja rezó toda la noche pidiendo un milagro y que una oportuna tormenta impidió que los invasores llegaran a puerto. Otra anécdota dice que siendo patrona de Lima, responde con la bendición del agua en una zona donde se registran extensos períodos de sequía. Nacida en Lima, Perú, el 20 de abril de 1586 como Isabel Flores de Oliva y Herrera, al ser bautizada en la parroquia de San Sebastián se la nombró Rosa, en honor a la suavidad y color de su piel, semejante a la del pétalo de esa flor. Casi avergonzada de su hermosura y convencida de que esto era una invitación para pecar, a los 19 años se desfiguró la cara quemándosela y se internó en un convento. Sin embargo, en 1606, al tomar los hábitos de la Orden Tercera de Santo Domingo, eligió llamarse Rosa entendiendo que como religiosa se encontraba en condiciones de sublimar su belleza externa, convirtiéndola en fe y servicio. Dedicó su corta existencia -vivió sólo 31 años- a cuidar enfermos, educar a los pobres y convertir a los indígenas al catolicismo. El Papa Clemente IX la beatificó en 1668 y al año siguiente la declaró patrona de Lima. En 1670 su sucesor, Clemente X, la convirtió en patrona principal de América, Filipinas e Indias Orientales, y en 1672 la canonizó.